Destino

El equipo capitaneado por el arqueólogo Sinan Mimaroglu, profesor asociado del Departamento de Historia del Arte de la Universidad Hatay Mustafa Kemal, acaba de realizar un descubrimiento inesperado en la basílica bizantina de San Juan, en Selcuk, cerca de Esmirna. Se trata de la tumba de un gladiador romano del siglo III d.C., llamado Eufrates, del que apenas se tiene información.

Sin embargo, lo más sorprendente del hallazgo ha sido saber que el sepulcro fue reutilizado posteriormente, en el siglo V, para albergar los restos óseos de 12 individuos. Mimaroglu ha destacado al respecto que «encontramos una tumba y tres estructuras sepulcrales, con 12 individuos en su interior lo que indica que habría sido utilizada en un entierro colectivo».

Asimismo, las cruces que se han documentado en el interior de la tumba fueron talladas en el siglo V, mientras que las de la tapa pudieron haber sido añadidas en los siglos VII y VIII, según el análisis de los investigadores.

Además de la tumba del gladiador Eufrates, los arqueólogos han localizado un canal de agua, un sistema de drenaje, mosaicos y diversas sepulturas a unos veinte centímetros por debajo de la basílica de San Juan, la cual fue un antiguo lugar de enterramiento que, durante el mandato del emperador Justiniano I fue transformada en un edificio abovedado.

En este sentido, los restos óseos enterrados en el siglo V pertenezcan, probablemente, a miembros de alto rango de su comunidad. «Los entierros dentro de la basílica probablemente pertenecen a la clase alta o al clero, ya que es poco probable que una persona común fuera enterrada de manera tan meticulosa dentro de una iglesia», expone el investigador. ELDEBATE.

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